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Zero waste time: Oportunidades de negocio

Zero waste time

De acuerdo con las estadísticas del Banco Mundial, cada ser humano genera 1,2 kilos de residuos urbanos al día, lo que se traduce en millones de toneladas en todo el mundo.

Semejante volumen de desechos, incluye 1,3 millones de toneladas de alimentos y 42 millones de toneladas de desechos electrónicos. Tan solo en Europa se desechan 6 millones de ropa, cada año.

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En España, y según los datos del Miniesterio de Agricultura, el desperdicio de alimentos alcanza un coste anual de 841 millones de euros. Este problema está generando, además, serias consecuencias medioambientales, como la acumulación de basura en los océanos, y la contaminación del ecosistema.

El movimiento “Zero Waste” trata de concienciar sobre este grave problema, y ofrecer alternativas con las que ponerle remedio.

Movimiento Zero Waste: ejemplos y oportunidades de negocio

Las iniciativas en torno a la filosofía “Zero Waste” no solo están ganando adeptos entre los consumidores. También están contagiando a los emprendedores y las empresas que, poco a poco, incorporan estos principios en su política de responsabilidad social corporativa, o incluso la hacen parte de su modelo de negocio.

Por ejemplo, el salón Bizbarcelona, que tuvo lugar hace escasas semanas, ha presentado múltiples ejemplos de empresas y organizaciones que han incorporado el “Zero Waste” a su operativa habitual.

Espigoladors es una ONG que combate el desperdicio de alimentos y ayuda a personas en riesgo social, y que en 2018 organizó un programa de asesoramiento para emprendedores. Sobres Mestres fue precisamente una de las beneficiadas por este programa. Esta empresa organiza caterings y eventos de carácter culinario, en los que se saca partido de todas las partes de cada alimento utilizado.

Bitsy Bags, por su lado, es una empresa de bolsas reutilizables y reciclables para la compra de fruta y verdura.

Por su parte, el Grupo Viñas monitoriza su producción cárnica para evitar las pérdidas de producto, y darles la mejor salida posible.

Ahora bien, también existen empresas de larga trayectoria cuyo modelo de negocio se basa en principios semejantes al Zero Waste.

Tal es el caso de Indulleida, que nació en los años 80 con el propósito de dar salida a la producción frutícola que no tenía hueco en el consumo fresco.

Cada una de estas iniciativas son un ejemplo de que el movimiento de “residuo cero” no solo forma parte de la corriente de pensamiento ecologista; sino que también constituye una excelente oportunidad de negocio.

Las grandes empresas se apuntan al Zero Waste

Por supuesto, las grandes empresas también han comenzado a incorporar estas estrategias.

Por ejemplo, Pastas Gallo gestiona sus mermas con gran eficiencia, incluyendo incentivos para sus empleados.

Donut utiliza envases que son 100% reciclables y, además, los fabrica con una alto porcentaje de material reciclado.

La marca Lego tiene el objetivo de eliminar todo residuo para el año 2030.

Igualmente, Procter & Gamble aspira a eliminar el 100% de sus residuos en vertederos para el año 2020. Actualmente, ya ha alcanzado el 85%.

Nike y Adidas ya han introducido el plástico reciclado como materia prima en la elaboración de algunos de sus productos.

Y quizá el fenómeno más destacado es la alianza conocida como LOOP, de la que forman parte reconocidas marcas como Carrefour, Pepsi, Unilever, UPS y la ya citada P&G, entre muchas otras.

Su objetivo es limitar la venta de los envases desechables, dando prioridad a los envases reutilizables.

Si en el anterior apartado, hacía énfasis en el potencial de negocio del movimiento “Zero Waste”, en esta ocasión hay que destacar el impacto para la reputación de la marca.

Cada una de estas organizaciones no solo va a obtener un retorno económico positivo de esta estrategia; también va a ver reforzado su activo más valioso: su marca.

Concienciación y sanciones públicas

Las administraciones públicas locales también han comenzado a tomar cartas en el asunto. El Parlamento autonómico de Cataluña está tramitando una proposición de ley, mediante la cual pretende sancionar con hasta 50.000 euros a los establecimientos comerciales de más de 400 metros cuadrados que tiren a la basura alimentos caducados. Por su parte, los restaurantes que no ofrezcan a sus clientes envases reutilizables y biodegradables para llevarse las sobras correrán la misma suerte.

Además, la ley exige que los productores y fabricantes creen un Plan Estratégico de Lucha contra el Despilfarro, reduciendo así los residuos producidos. Las empresas distribuidoras, por su lado, tendrán que capacitar a sus empleados para que actúen de forma activa en la reducción de los desperdicios, así como crear un plan que favorezca la venta a granel.

Finalmente, tanto las tiendas pequeñas como las grandes superficies, deberán exponer los productos con fecha de consumo preferente de forma separada, e incentivar su venta mediante una reducción del precio.

En definitiva, ya sea por imperativo legal, o como iniciativa de negocio, las empresas van a ir adaptándose a esta filosofía que, aunque no carente de desafíos, aspira a dejar un mundo mejor para nuestros hijos.


Actualidad Solunion