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La salud de la industria automovilística en España

La salud de la industria automovilística en España

España cuenta con una posición privilegiada en la industria automovilística, al estar situada como octavo proveedor mundial de automóviles y vehículos comerciales ligeros, por detrás de China, EE.UU. Japón, Alemania, India, Corea del Sur y México.
Este sector, junto a la industria de componentes, genera 300.000 puestos de trabajo directos y 2 millones de puestos indirectos. Es responsable del 8,6% del PIB nacional y supone 26.600 millones de euros en recaudación.En 2017, las 17 factorías españolas produjeron un total de 2.848.335 millones de unidades, correspondientes a 43 modelos, de los cuales, 20 se fabrican en exclusiva mundial.

Preocupación en el sector nacional de la automoción

Con todo, el sector experimentó un bache durante 2017, con una caída del 1,5% de la producción, tras cinco años de subidas continuadas. Las principales causas de este retroceso fueron:

  • La incertidumbre generada por el Brexit en Reino Unido –con la consiguiente caída de la libra esterlina-, uno de los grandes destinatarios de la producción nacional.
  • La inestabilidad política en Turquía, principal importador extracomunitario de los vehículos españoles.
  • La paralización de varias líneas de montaje, para adecuarlas a la fabricación de los nuevos modelos adjudicados durante el propio 2017.

El 2018 tampoco se ha estrenado de forma alentadora.
Durante el primer trimestre del año, la producción cayó un 4,2%, debido a la consolidación del Brexit y la ausencia de avances en las negociaciones.
Lectura recomendada:
Impacto del Brexit en las empresas españolas
Las exportaciones a Turquía han continuado su senda descendente, y se les ha unido una fuerte caída en el mercado alemán.
De hecho, la patronal de fabricantes Anfac ha reclamado la aprobación de un Plan Estratégico de Automoción por parte del Gobierno y las organizaciones sociales.

Sostenibilidad del modelo actual a futuro

De acuerdo con la Agenda Sectorial de la Industria de la Automoción –documento elaborado por Anfac, Sernauto y KPMG-, el sector automovilístico español ha alcanzado el tercer puesto del ranking europeo de competitividad, únicamente superado por las plantas alemanas y británicas.
Entre los factores utilizados para elaborar el informe, figuran la capacidad productiva, la innovación, el capital humano, el atractivo del entorno y la capacidad de exportación.
En el análisis destacan la importancia de invertir en factores productivos, el transporte, la flexibilidad y la formación laboral, así como el coste energético con el objetivo de mantener e incrementar el nivel de competitividad.
Durante los últimos años –y con la salvedad de 2017-, esta industria española ha experimentados crecimientos en torno al 3%, situándose por encima de la media de los países del entorno.
La reindustrialización, así como la digitalización del tejido industrial figuran entre las asignaturas pendientes del sector; si bien ya se han producido importantes avances.
Por otra parte, los acuerdos comerciales con otros países van a jugar un papel crítico, dado el carácter fundamentalmente exportador de la industria nacional.
Lecturas recomendadas:
Innovación en el sector del automóvil
Tendencias de la transformación digital para 2018

Medidas para fortalecer la industria de la automoción española para 2020

Por último, el citado informe propuso una serie de medidas con el fin de impulsar y garantizar la sostenibilidad de la industria, fijándose como horizonte inmediato el año 2020.
A continuación detallo algunas de las más importantes:

  • Intensificación de la productividad, mediante mejoras tecnológicas.
  • Competitividad del coste energético, sostenible y previsible.
  • Flexibilización laboral y diálogo social.
  • Reducción de costes estructurales de transporte.
  • Estimulación de la demanda.
  • Fomento de alternativas de financiación.
  • Creación de un modelo fiscal competitivo e igualitario.
  • Reestructuración del sistema de innovación, orientado a la digitalización.
  • Formación, capacitación, así como adecuación de las titulaciones y contratos formativos.
  • Internacionalización y diversificación de los mercados.
  • Control de las importaciones y defensa del producto interior.
  • Mejora de coordinación y colaboración de la cadena de valor.

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