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El sector de la acuicultura sostenible

acuicultura sostenible

De acuerdo con los datos el Ministerio de Agricultura y Pesca y JACUMAR, el sector de la acuicultura en España produce más de 300.000 toneladas de peces, crustáceos y moluscos, con una clara predominancia de estos últimos. De hecho, el mejillón aglutina la mayor parte de la producción total, con 245.000 toneladas anuales.
De hecho, Galicia es la principal región productora de moluscos de España y Europa, gracias a la elevada productividad natural de sus rías.
Esta industria utiliza una variada tipología de instalaciones, aprovechando así los múltiples recursos hídricos disponibles, ya se trate de la costa o los múltiples ríos, lagos y cursos fluviales, como de los 55.000 hectómetros cúbicos de agua embalsada. Concretamente, dichas instalaciones se dividen en las siguientes categorías:

  • Viveros o jaulas en el mar.
  • Bateas y long-lines en el mar.
  • Granjas de agua salada en tierra firme.
  • Granjas de mallas o estanques de agua salada en playas, zona intermareal y esteros.
  • Granjas de agua dulce con circulación por gravedad, en tierra firme.

No obstante, el número de este tipo de establecimientos en España, se ha ido reduciendo poco a poco. Actualmente, asciende a algo más de 5.000, con la lógica predominancia de establecimientos para cultivo de moluscos, consistentes en bateas y long-lines.

Consumo de pienso como factor de economía sostenible

El consumo de pienso constituye un factor a tener en cuenta para medir la viabilidad y sostenibilidad del sector.
Gracias a la presencia en España de las fábricas de pienso, la mayor parte del utilizado también es producido en el país.
Y lo que es más importante, mediante la colaboración de las empresas fabricantes del pienso, las empresas de acuicultura y los centros públicos de investigación, la industria cuenta con una importante fuerza innovadora e investigadora.

Retos de la acuicultura en España

Precisamente, el Plan Estratégico Plurianual de la Acuicultura Española (2014-2020), está alineado con los objetivos de crecimiento sostenible para el horizonte 2030, así como con las obligaciones de la Política Pesquera Común y el Fondo Europeo Marítimo de Pesca.
Se trata de uno de los planes más complejos y ambiciosos que se han visto en la Unión Europea, pues aspira a alcanzar una producción de casi 330.000 toneladas en 2020 y 527.000 toneladas en el año 2030, lo que supondría un valor de mercado de 1.465 millones de euros, así como un total de 30.000 empleos en el sector.
Dicho plan, trazó una serie de líneas estratégicas de actuación, y las correspondientes acciones para hacerlas efectivas. No obstante, de acuerdo con el informe “La Acuicultura en España 2017”, publicado por APROMAR (Asociación Empresarial de Acuicultura de España), el sector debe afrontar una serie de retos importantes, si quiere alcanzar los objetivos establecidos.

Necesidad de agilizar los procedimientos administrativos

La intensa regulación del sector hace que los procedimientos administrativos relacionados con los permisos y concesiones se hayan vuelto complejos y lentos.
Además, se da la concurrencia de normativas autonómicas divergentes en ámbitos como las normas ambientales, las titulaciones profesionales, la comercialización o el acceso a ayudas, entre muchos otros.
Por lo tanto, es imprescindible que las CC.AA. se coordinen de forma eficaz, para la promulgación de sus normativas.
Así mismo, se necesita crear un procedimiento sencillo y ágil para la obtención de autorizaciones y permisos para la instalación de las granjas y su consiguiente funcionamiento, superando la confusión generada por el marco regulatorio actual.

Garantizar el desarrollo y el crecimiento sostenible de la acuicultura con una ordenación coordinada del espacio

Uno de los grandes problemas de la industria de la acuicultura consiste en la escasez de disponibilidad de espacio para las instalaciones.
Se necesitan nuevos planes de ordenación espacial que faciliten la coexistencia de sectores, como pudiera ser la acuicultura y las energías renovables, o la pesca y el turismo.
Actualmente, la acuicultura apenas ocupa una pequeña parte del territorio y el litoral y, casi siempre, se geolocaliza en zonas donde no llega otro tipo de inversión, por lo que se trata de la única actividad generadora de riqueza y empleo.
Esto supone una importante vulnerabilidad que debe ser corregida, si se aspira a garantizar un desarrollo sostenible.

Reforzar la competitividad de la acuicultura

La acuicultura es una industria con un alto nivel de competencia, especialmente, en forma de productos acuáticos importados de países terceros en vías de desarrollo, y con unas normativas ambientales, laborales y sanitarias mucho más laxas.
La falta de reciprocidad en el tratamiento normativo de la producción interna, con la proveniente de terceros países supone una pérdida de competitividad que necesita ser solventada.
Para ello, se han de establecer normas de comercialización que exijan las mismas condiciones de producción y trazabilidad para todos los productos acuáticos, con independencia de su origen.

Sin duda, el potencial de la acuicultura en España es enorme, si bien aún existen incógnitas por resolver, que van a determinar el ritmo de crecimiento durante los próximos años.

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Tendencias en el sector de la pesca

Actualidad Solunion