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¿Crisis temporal o cambio estructural? Análisis de la caída de exportaciones en el sector azulejero español

Sector Azulejero Español

El sector azulejero, tradicionalmente uno de los pilares de las exportaciones españolas, afronta un periodo crítico, marcado por una notable disminución de sus ventas en los mercados internacionales.

De acuerdo con las cifras del Instituto de Comercio Exterior ICEX España Exportación e Inversiones (ICEX), las exportaciones cayeron un 20,5% en 2023. La facturación se redujo a 3.560 millones de euros, lo que supone el peor registro desde el año 2009.

Además, tal y como desprende nuestro último informe sobre el Sector Azulejero en España, esta crisis de la demanda ha provocado una pérdida interanual del -13,1% del empleo del sector a junio de 2023. Un 60% de la plantilla tiene más de 45 años, lo que supone un importante reto para la industria en cuestión de reemplazo generacional.

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Principales causas de la crisis del sector azulejero español

La actual situación del sector se debe a factores como la inestabilidad geopolítica, el incremento de los costes energéticos y un entorno global de creciente competitividad.

Uno de los principales obstáculos ha sido la crisis energética global, exacerbada por la guerra en Ucrania. Este contexto ha provocado un aumento sin precedentes en los costes de producción. De tal manera, este incremento en los precios de la energía ha afectado directamente la competitividad del azulejo español, tradicionalmente valorado por su calidad y diseño en el mercado internacional.

Además, el sector ha sufrido las consecuencias de un frenazo en la industria de la construcción a nivel global. La incertidumbre económica, junto con el alza de los tipos de interés, ha paralizado la inversión en nuevos proyectos de construcción y renovación.

Además, la pérdida de competitividad se ha agravado frente a una competencia cada vez más agresiva, tanto de otros países productores, como de materiales sustitutivos que ofrecen alternativas más económicas.

Impacto económico

Las cifras de 2023 manifiestan la continuación de una tendencia descendente tanto en la facturación y volumen exportado, como en el empleo. El sector cerámico español cerró el ejercicio con 6 millones de toneladas exportadas al exterior, lo que supone un 27,5% menos que en 2022. Cabe recordar que, en aquel año, se hizo frente a un alza del precio del gas sin precedentes. Aun así, el sector logró vender 8,2 millones de toneladas.

Por su parte, las ventas han pasado de 4.480 a 3.560 millones de euros. En términos de empleo, el sector también ha sufrido un duro golpe, con la pérdida de más de un millar de puestos de trabajo. Esta disminución en la fuerza laboral representa una caída del -13,1%, según nuestro último informe sobre el Sector Azulejero.

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Además, se han presentado 19 Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTES), que afectan a 1.163 trabajadores, así como cuatro Expedientes de Regulación de Empleo (ERES) con 242 afectados.

Por otro lado, un 60% de la plantilla tiene más de 45 años, lo que supone un importante reto para la industria en cuestión de reemplazo generacional.

Mercados internacionales: análisis de la demanda

El año 2023 ha protagonizado una caída notable de las ventas en varios de los principales destinos de exportación.

Francia, históricamente el primer cliente del azulejo español, ha sufrido una disminución del 25,7% en la demanda, con ventas por valor de 455 millones de euros. Reino Unido también ha registrado una disminución del 18% en los pedidos, sumando hasta los 219 millones de euros.

La situación en otros países europeos como Alemania y Bélgica fue igualmente preocupante, con descensos del 17,8% y el 40,2% respectivamente, hasta cerrar el año con 140 y 80 millones de euros. Italia y Portugal mostraron una resistencia relativa, con disminuciones más moderadas del 5,1% y el 3,7% respectivamente.

Fuera de Europa, las caídas más destacadas han tenido lugar en mercados como Israel -con 118 millones de euros y una reducción del 39,3%- y Arabia Saudita -con 87 millones de euros, y una disminución del 38,7%-. Estados Unidos se ha convertido en el principal mercado, con 456 millones de euros en ventas. Sin embargo, también ha sufrido una caída del 11,6%.

Desafíos competitivos frente a nuevos productores

El sector cerámico español se enfrenta a desafíos competitivos sin precedentes, especialmente debido al crecimiento exponencial de la producción en India. Este país ha experimentado un aumento del 58% en su producción, añadiendo 500 millones de metros cuadrados a su capacidad, lo que eleva su total anual a 2.800 millones de metros cuadrados.

Para poner esta cifra en perspectiva, basta señalar que España produjo 400 millones de metros cuadrados en 2023. Este auge ha posicionado a India, según datos provisionales, por delante de China, y ha relegado a España del segundo al tercer puesto en el ranking de exportación internacional.

Este fenómeno no solo representa una amenaza directa para la cuota de mercado del azulejo español en Europa y Estados Unidos. También subraya la urgencia de adoptar medidas colectivas para salvaguardar la competitividad del sector a nivel continental.

La respuesta a este desafío requiere una estrategia coordinada a nivel europeo, que vaya más allá de los esfuerzos individuales de los países productores. La Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (ASCER), ha solicitado tanto ayudas directas para aliviar la presión financiera inmediata como inversiones a largo plazo que fortalezcan la infraestructura y la capacidad innovadora del sector.

La necesidad de unificar esfuerzos se hace patente ante la agresividad de nuevos productores que, aprovechando costes de producción más bajos y regulaciones menos estrictas, logran penetrar mercados tradicionalmente dominados por productores europeos. En este sentido, es fundamental promover estándares alineados con la calidad, sostenibilidad y prácticas laborales justas, que distinguen al producto europeo.

Además, es crucial abogar por la implantación de políticas comerciales que protejan a los productores europeos de la competencia desleal. Esto incluiría la imposición de aranceles a productos que no cumplan con los estándares europeos, o la negociación de acuerdos comerciales que favorezcan el intercambio equitativo.

La descarbonización del sector cerámico español

Por último, la descarbonización del sector cerámico se presenta como otro de los desafíos más significativos y urgentes.

Con miras a cumplir con los compromisos de reducción de emisiones para 2030 y alcanzar la neutralidad de carbono en 2050, el sector va a requerir una transformación profunda en sus procesos productivos, y en la gestión energética. Eso implica la implantación de tecnologías alternativas que permitan una producción cerámica menos dependiente de combustibles fósiles y más orientada hacia fuentes de energía renovables y limpias.

Entre las opciones en estudio se encuentran el uso de gases renovables como el hidrógeno verde y el biometano, la electrificación de los procesos productivos y la captura y almacenamiento de CO2.

Sin embargo, estas tecnologías aún se encuentran en fases iniciales de desarrollo, y plantean barreras significativas en términos de viabilidad técnica, costes de implementación y escalabilidad.

No obstante, la descarbonización no solo exige innovación tecnológica, sino también un firme apoyo administrativo y regulatorio. Es fundamental que las administraciones públicas, tanto a nivel nacional como europeo, proporcionen:

  • Incentivos financieros que alivien la carga económica de la adopción de nuevas tecnologías.
  • Flexibilidad en la aplicación de los plazos y objetivos de descarbonización que sean realistas y alcanzables.
  • Una regulación que promueva la inversión en investigación y desarrollo.

Además, es básico el establecimiento de políticas que aseguren un campo de juego equitativo. De esa forma, las importaciones de cerámica de países con regulaciones ambientales menos estrictas no socavarán los esfuerzos de descarbonización de los productores europeos.

En definitiva, la competitividad del sector no debe verse comprometida por la adopción de prácticas más sostenibles.

Actualidad Solunion