De acuerdo con las cifras del ICEX, 158.200 empresas españolas exportaron en 2020 un total de 544 millones de euros. Esto supone microexportaciones de poco más de 3.000 euros, lo cual pone en entredicho la rentabilidad de esta actividad comercial.
De hecho, el ICEX estima que el 80,6% de las empresas exportadoras son responsables de apenas el 0,2% del importe total de las exportaciones. Esta cifra contrasta con la de las 5.000 principales empresas exportadoras, que acumulan el 87% de las ventas en el exterior.
Evolución de los exportadores españoles de menos de 50.000 euros
A lo largo de los últimos cinco años, el número de empresas españolas que exportan por valor inferior a 50.000 euros anuales se ha incrementado en más de un 50%.
De hecho, en el año 2019, el número de empresas alcanzó las 170.083, frente a las 108.591 de 2015. No obstante, esta cifra ha caído hasta las 158.200 empresas, como consecuencia de la ralentización del comercio internacional durante el pasado 2020.
Por otro lado, el volumen de ventas ha experimentado un comportamiento inverso. En el año 2015, la facturación conjunta de estas empresas alcanzó los 606,2 millones de euros, y fue reduciéndose paulatinamente hasta 2019; año que cerró con una valoración de 591,1 millones de euros.
Finalmente, 2020 protagonizó la mayor contracción de estas microexportaciones, hasta dejarlas en 544 millones de euros.
Viabilidad de las microexportaciones
La actividad comercial exterior implica un gran esfuerzo en términos de costes, tanto en lo que se refiere a los estudios de mercado, la obtención de certificaciones, el desarrollo de una red de distribución y la promoción en el país de destino.
Lectura recomendada:
Teniendo en cuenta este punto de partida, solo las empresas que gestionan grandes volúmenes comerciales y cuentan con buenos ratios de productividad deberían ser capaces de soportar la reducción de sus márgenes, propia de la exportación.
Sin embargo, las estadísticas ponen de manifiesto que cientos de miles de pequeñas empresas logran exportar, a pesar de los evidentes desafíos para su balance.
Estrategias de las empresas microexportadoras
Por norma general, estas empresas se caracterizan por un bajo nivel de productividad y escasez de recursos.
No obstante, se valen de dos estrategias para solventar estas limitaciones.
- Por un lado, exportan un producto ya existente a través de un distribuidor, lo cual les permite minimizar o incluso eludir los costes hundidos, como el estudio de mercado o las certificaciones.
- Por otro lado, se valen de las subvenciones propias de los programas de internacionalización, tanto en el ámbito regional como nacional.
La cuestión es que esta actividad comercial exterior no contribuye a mejorar sus niveles de productividad. Por el contrario, parecen mostrar peores ratios que las empresas que operan únicamente en el mercado interno.
Lectura recomendada:
Falta de concentración del sector exportador
Comparativamente, España se caracteriza por una mayor presencia de micropymes que nuestros vecinos europeos. Este tipo de empresas representan el 95% del tejido comercial, frente al 89% de Reino Unido o el 83% de Alemania.
El nivel de concentración se incrementó tras la crisis de 2008. Sin embargo, aún existe una gran fragmentación del mercado, lo cual dificulta la productividad y consolidación de márgenes que hagan viable una actividad exportadora a gran escala.
Impulso de las microexportaciones
A pesar de que la actividad exterior de las micropymes no parece resultar rentable, sí que hay un aspecto que puede ser valorado positivamente.
El hecho de que se logre llevar a cabo una actividad en el exterior constituye el primer paso para lo que, en el futuro, puede suponer un comercio exterior prolífico para la empresa.
Los recientes acontecimientos en 2020 han modificado los patrones habituales en el comercio internacional, y están impulsando otros canales como el digital.
En definitiva, las 158.200 micropymes que han logrado ingeniárselas para exportar podrían jugar un importante papel en la renovación del comercio exterior.
