- Las importaciones de China del sector agroalimentario registran una caída significativa (-6% del segmento de carne de cerdo), así como en el sector del aceite, donde pasa a convertirse en el país con mayor descenso porcentual de consumo registrado.
- El país asiático mantiene su posición como proveedor fundamental a nivel mundial, a pesar de encontrarse ante un escenario complejo.
- Las industrias de vehículos eléctricos, baterías y energías renovables se consolidan como sus motores de crecimiento.
Solunion, la compañía de seguros de Crédito, de Caución y de servicios asociados a la gestión del riesgo comercial, analiza las relaciones comerciales entre China y España y la evolución de las exportaciones e importaciones. En este sentido, sus expertos indican cómo el sector agroalimentario, particularmente el de productos cárnicos, cuenta con un peso relevante en las exportaciones españolas hacia el país. “Sin embargo, en 2023 observamos un descenso significativo de las importaciones totales de China, particularmente de carne de cerdo, con un -6%, provocado por la vuelta a un abundante suministro de cerdos locales, tras la superación de la caída registrada en 2019 y 2020 por la peste porcina africana, junto con una demanda para consumo local inferior a la habitual”, destaca Andrea Ferrer, Analista de Riesgos Senior de Solunion España. “Esto provoca que los precios se encuentren actualmente deprimidos para los exportadores españoles, que ven caer significativamente sus ventas”. Las exportaciones españolas de carne porcina a china podrían haber caído un -12% en 2023, según estimaciones de Solunion, con la competencia de los países de Norteamérica y de Brasil, quienes aumentan sus cuotas en el mercado chino.
Otro subsector agroalimentario con peso relevante para España en sus relaciones con el país asiático es el del aceite de oliva, cuya evolución en las exportaciones ha venido caracterizada por un fuerte incremento de precios. “China ha pasado de ser el quinto país cliente en 2022 a ocupar el puesto 12 en septiembre de 2023, convirtiéndose en el mercado con mayor descenso porcentual de consumo registrado en este periodo (-74%), frente a Estados Unidos (-40%)”, añade María Ángeles Piñero, Coordinadora de Analistas de Zona Sur de Solunion España. “Se observa la elasticidad de la demanda del aceite de oliva al precio, sobre todo en los mercados emergentes y países de menor poder adquisitivo e inferior conocimiento del aceite de oliva, en contraposición a Estados Unidos, con mayor poder adquisitivo y vinculación del producto a un estilo de vida saludable”.
No obstante, según Solunion, la cierta maduración de la economía china, combinada con un cambio en su modelo, y a pesar de un crecimiento potencial de largo plazo más débil, debería abrir oportunidades, particularmente para empresas con productos de mayor valor agregado.
En este sentido, aunque acuerdos estratégicos como el firmado en marzo de 2023 entre España y China puedan apoyar a las exportaciones agroalimentarias españolas, otros sectores también podrían ser relevantes. Es el caso de industrias dinámicas como la química, donde China registró la mayor producción de su historia hasta noviembre de 2023, mientras que otros grandes productores, como Estados Unidos o la UE, perdieron competitividad, con caídas de doble dígito en países como Holanda o Alemania. En ese sector, España tiene también un papel que jugar, al tratarse de la principal industria exportadora hacia el país asiático. Por otro lado, China constituye actualmente el mayor mercado mundial de energías renovables, con objetivos particularmente ambiciosos en eólicas y solar, un ámbito en el que España podría contar con una posición destacada gracias a su experiencia y conocimiento.
Por su tamaño de mercado y crecimiento histórico, China, que se inscribe en una relación comercial bilateral muy desequilibrada con nuestro país, siempre ha representado un alto potencial para las empresas españolas. La sociedad china ha cambiado mucho en las últimas décadas, evolucionando hacia un mayor nivel de exigencia en cuanto a consumo, lo que crea más oportunidades para empresas exportadoras, al margen de las incertidumbres y retos que representa este mercado.
China mantiene su posición como proveedor fundamental a nivel mundial
El contexto geopolítico, la inestabilidad del sector inmobiliario y las estrictas medidas promovidas tras la pandemia han sumido a China en una década compleja. En este escenario, no obstante, cabe mencionar la resiliencia en las exportaciones del país que, aunque ya no constituirán uno de los principales motores de su crecimiento, le perfilan aún como un proveedor fundamental a nivel mundial. Así se destaca en informe sobre la evolución de la economía china, China: keeping the dragon awake, recientemente publicado por Allianz Trade, uno de los accionistas de Solunion.
La magnitud de las dependencias críticas de China varía entre los importadores
Estados Unidos se presenta como el país más expuesto, con casi el 50% de sus importaciones provenientes de China consideradas como críticas. Además, se observa un cambio en la concentración de estas dependencias hacia sectores de mayor valor agregado, especialmente en el caso de las importaciones de la Unión Europea. En consecuencia, se plantea que la sólida posición de China en la cadena de suministro global continuará brindando un respaldo significativo a su crecimiento económico.
The “New Three”, motor de su economía
En el contexto actual, con los factores de crecimiento que tradicionalmente han impulsado la economía china – el sector inmobiliario y la inversión extranjera – perdiendo cierta fuerza, el país asiático se ve obligado a identificar nuevos motores de crecimiento.
En esta línea, en un futuro a corto y medio plazo, se espera que la producción de mayor valor añadido, conocida como “New Three”, se convierta en protagonista del crecimiento. Los sectores clave dentro de esta estrategia serían, en primer lugar, la industria de vehículos eléctricos, donde el país asiático dispone de una ventaja competitiva significativa en cuanto a calidad-precio. Destaca también el liderazgo que ejerce China en la industria de las baterías para vehículos eléctricos, con casi el 56% de la cuota de mercado mundial. Y finalmente, las energías renovables, teniendo en cuenta que el país concentra más del 80% de la capacidad mundial de fabricación de módulos solares y más del 80% de las exportaciones de células fotovoltaicas.