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Aunque suele verse como una obligación fiscal, la campaña de la renta también puede convertirse en una herramienta para mejorar tu salud financiera y tomar mejores decisiones.
En esta guía, vamos a explicarte las deducciones que puedes aplicar, así como la herramienta que te recomendamos utilizar para anticiparte a impagos que puedan complicar tu situación financiera en el momento de abonar el IRPF.
1. Deducciones de autónomos en la renta
Si eres autónomo, muchos de los gastos que asumes para ejercer tu actividad pueden reducir tu factura fiscal. Ahora bien, para que sea válido ante Hacienda, este gasto debe estar registrado contablemente, vinculado de forma clara con tu actividad y acreditado con una factura o justificante equivalente, como en el caso de la cuota de autónomos.
Aquí te dejamos un listado de los principales bloques deducibles:
1.1. Qué puedes deducir si trabajas desde casa
Si trabajas desde casa, puedes deducir la parte proporcional del alquiler o la hipoteca, así como los gastos de la comunidad, IBI y suministros. Ten en cuenta que el espacio debe estar declarado en Hacienda y ser usado exclusivamente para tu actividad. Además, en lo concerniente a los suministros (luz, agua, gas, teléfono, Internet…), solo podrás deducir el 30% de la parte proporcional al espacio dedicado al trabajo.
Por otra parte, el alquiler de un local u oficina es deducible en su totalidad. También lo son los equipos informáticos, el mobiliario y otros bienes necesarios para tu actividad, siempre que aportes la factura correspondiente.
1.2. Servicios profesionales, asesoría, seguros y formación
Puedes deducir los honorarios de asesores, abogados, consultores o auditores. También los seguros de salud, responsabilidad civil o de vida, si están vinculados a tu actividad. La formación relacionada con tu trabajo (cursos, talleres o suscripciones) también es deducible.
1.3. Vehículos, dietas, viajes y representación: qué está permitido y con qué límites
Los gastos de viaje son un apartado que suscita bastante dudas. Solo puedes deducir gastos de tu vehículo si este es indispensable para tu actividad como, por ejemplo, en los servicios de transporte o la venta itinerante.
Las dietas tienen límites diarios: 26,67€ sin pernocta y 53,34€ con pernocta en España, y deben justificarse con pago electrónico y factura.
Por su parte, los gastos de representación no pueden superar el 1% de los ingresos anuales.
2. Deducciones fiscales generales y autonómicas
Además de los gastos deducibles vinculados a tu actividad, como autónomo también puedes aplicar deducciones fiscales generales en tu declaración de la renta. Estas se aplican por igual a cualquier contribuyente y algunas dependen de tu comunidad autónoma.
2.1. Deducciones generales aplicables a todos los contribuyentes
Incluyen aportaciones a ONG, inversiones en empresas de nueva creación o mejoras en eficiencia energética en la vivienda habitual. También puedes deducirte parte del alquiler de tu vivienda si firmaste el contrato antes de 2015.
Estas deducciones se reparten entre el tramo estatal y el autonómico del IRPF.
2.2. Beneficios fiscales por circunstancias personales o familiares
Existen deducciones por tener hijos menores, ser familia numerosa, cuidar a personas mayores o tener personas a cargo con discapacidad. Algunas se aplican automáticamente y otras requieren que indiques la situación en tu declaración.
2.3. Deducciones propias de cada comunidad autónoma
Cada comunidad tiene sus propias deducciones fiscales, que pueden incluir gastos educativos, adopciones, donaciones o incentivos al emprendimiento. Por ejemplo, en Madrid, los menores de 35 años pueden deducirse hasta 1.000€ en su primer año como autónomos.
Te recomendamos consultar las condiciones en la web de la Agencia Tributaria o en tu comunidad.
3. Gastos de difícil justificación: qué son y cómo aprovecharlos
Si tributas como autónomo en estimación directa simplificada, puedes aplicar una deducción adicional sin necesidad de aportar facturas concretas. La Agencia Tributaria permite deducir un 5% de tu rendimiento neto (ingresos menos gastos) como gasto de difícil justificación. Esta deducción está pensada para cubrir gastos menores o difíciles de documentar, como material fungible, desplazamientos esporádicos o consumos no facturados.
3.1. Requisitos, límites y recomendaciones prácticas
Solo puedes aplicar esta deducción si has marcado la casilla correspondiente (609 del modelo 036 o 037) y tributas en estimación directa simplificada. El límite máximo deducible es de 2.000€ por año.
Aunque no necesitas facturas, es recomendable que mantengas una contabilidad ordenada y coherente con tu volumen de actividad para evitar discrepancias en una posible revisión.
4. Cómo declarar correctamente los gastos: claves contables y fiscales
Para aplicar las deducciones sin errores ni sorpresas, es fundamental conocer qué documentación debes conservar, qué obligaciones fiscales tienes y cómo se relacionan los modelos trimestrales con tu declaración anual.
4.1. Qué documentación debes conservar y registrar
Hacienda exige que los gastos deducibles estén perfectamente justificados. Para ello, necesitas:
- Factura completa, con todos los datos obligatorios del proveedor y del servicio prestado.
- Justificante del pago, preferiblemente por medios electrónicos.
- Registro contable, en el libro de gastos e ingresos o en el de facturas recibidas, según corresponda.
Recuerda que no sirven los tiques, salvo en gastos de manutención con los requisitos específicos. Igualmente, los pagos en efectivo no siempre son aceptados si no están bien documentados.
4.2. Obligaciones formales que debes cumplir ante Hacienda
Además de justificar bien cada gasto, debes:
- Presentar tu declaración censal (modelo 036 o 037) correctamente, indicando tu actividad y domicilio fiscal.
- Llevar libros contables actualizados, especialmente si tributas por estimación directa.
- Conservar la documentación durante al menos cuatro años, por si Hacienda requiere una revisión.
- Incluir los gastos en el ejercicio fiscal correspondiente: no se pueden deducir facturas fuera de plazo.
4.3. Diferencias entre el modelo 130 y la declaración de la renta
El modelo 130 es una autoliquidación trimestral del IRPF:
- Sirve para adelantar impuestos en función de tus ingresos y gastos.
- No es una declaración definitiva, sino un pago a cuenta.
- En la declaración de la renta anual, se regulariza lo que realmente debes pagar o devolver.
Por tanto, aunque hagas bien los 130, necesitas presentar igualmente tu declaración de la renta. Es ahí donde se aplican las deducciones completas y donde puedes recuperar lo que hayas pagado de más durante el año.
Lectura recomendada:
5. La importancia del seguro de crédito para tu declaración de la renta
La declaración de la renta puede ser un momento muy difícil para un autónomo que ha sufrido el impago de alguna factura importante.
Hay que tener presente que el IRPF se paga en función de los rendimientos declarados con las facturas emitidas. Sin embargo, no se distingue entre aquellas que ya se han cobrado de las que están impagadas. Por lo tanto, la morosidad de un cliente puede generar un problema de tesorería que se ve agravado cuando hay que pagar el impuesto sobre la renta.
Para protegerte de este escenario, te recomendamos contar con un seguro de crédito como el que ofrecemos en Solunion. Esta póliza te protege frente a impagos, con la correspondiente indemnización y, además, te da acceso a un servicio de recobro por parte de nuestros especialistas.