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Después del cierre contable: cómo planificar finanzas y minimizar riesgos para el próximo año

Cierre contable. Solunion.

Índice de contenidos

El cierre contable no solo marca el final del ejercicio anterior. También es el momento en el que empiezas a preparar el siguiente. Si analizas bien tus cifras, defines prioridades y anticipas riesgos, podrás planificar y asegurar la estabilidad financiera de tu empresa durante los próximos meses.

1. Analiza el ejercicio que acaba de terminar

Antes de tomar decisiones para el nuevo año, necesitas entender qué ha ocurrido realmente en tu empresa. Esta revisión te permite identificar patrones, corregir desviaciones y empezar el nuevo ejercicio con una hoja de ruta más precisa.

1.1. Análisis de los estados financieros

Tu balance, la cuenta de resultados y el flujo de caja son el punto de partida. Debes revisar:

  • Ingresos y márgenes: si han crecido, si se han estancado o si han caído.
  • Gastos operativos: cómo han evolucionado y si superan el ritmo de crecimiento de las ventas.
  • Liquidez: si tu empresa ha tenido tensiones de tesorería o ha dependido de financiación externa.
  • Endeudamiento: su nivel, su coste y su sostenibilidad.

Este análisis te ayuda a detectar si tu negocio ha ganado solidez financiera o si muestra señales de agotamiento.

1.2. Comparativa con ejercicios anteriores

Comparar el ejercicio que estás cerrando con los años anteriores te permite identificar tendencias clave. Estas son algunas señales a las que debes prestar atención:

  • Meses con caídas estacionales que se repiten.
  • Incremento progresivo de los gastos fijos.
  • Picos de tesorería que te obligan a recurrir a financiación puntual.
  • Dependencia de pocos clientes o de líneas de negocio muy concretas.

Reconocer estos patrones es crucial para anticiparte a los problemas financieros y evitar problemas de solvencia.

1.3. Evaluación realista de objetivos cumplidos y no cumplidos

Si estableciste metas financieras el año anterior, ahora toca revisar si las alcanzaste y por qué. Te recomendamos hacerte las siguientes preguntas:

  • ¿Los objetivos eran realistas?
  • ¿Qué factores internos o externos dificultaron su cumplimiento?
  • ¿Qué decisiones funcionaron y cuáles no generaron el impacto esperado?

Este análisis te ayudará a diseñar metas más sólidas, coherentes con la estrategia y ajustadas a los recursos reales de tu empresa.

2. Define los objetivos financieros del nuevo ejercicio tras el cierre contable

Tras revisar el cierre contable, necesitas traducir lo aprendido en objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y definidos en el tiempo. Esto te permitirá orientar tus decisiones, asignar recursos con criterio y mantener la disciplina a lo largo de todo el año. Sobra decir que estas metas deben estar alineadas con tu estrategia general de negocio.

Cada empresa llega al nuevo ejercicio en un punto distinto. Lo primero que debes decidir es si este año necesitas:

  • Crecer: aumentar presencia comercial o abrir nuevos mercados.
  • Consolidar: estabilizar la estructura y reforzar márgenes.
  • Mejorar la eficiencia: optimizar procesos y reducir costes.

Una vez tienes claras la visión estratégica y prioridades del negocio, es cuando debes traducirlo en números. Por ejemplo, si tu objetivo es crecer, tendrás que estimar cuántas ventas adicionales necesitas y qué recursos implicará. Sin embargo, si buscas consolidar, tendrás que determinar qué costes ajustar y cuánto impacto tendrá en tu rentabilidad.

3. Diseña un presupuesto anual sólido y realista

El presupuesto es la pieza central de tu planificación financiera. Te ayuda a anticipar necesidades, controlar la liquidez y tomar decisiones informadas durante todo el ejercicio.

3.1. Proyección de ingresos y escenarios de ventas

Comienza haciendo una proyección de tus ingresos, basándote en datos reales del ejercicio o ejercicios anteriores. De esa forma, tus previsiones estarán fundamentadas. Puedes incluir varios escenarios (optimista, realista y prudente) para prepararte ante cambios del mercado o estacionalidades.

3.2. Estimación de gastos fijos, variables y extraordinarios

Clasifica tus gastos para entender cómo afectan a la estructura financiera de tu empresa:

  • Gastos fijos: alquiler, salarios o servicios esenciales.
  • Gastos variables: producción, comisiones o logística.
  • Gastos extraordinarios: sustituciones de equipos, inversiones o incidencias.

Este desglose te ayuda a detectar ineficiencias y evaluar tu capacidad para asumir nuevos compromisos.

3.3. Fondo de contingencia

Esto es crítico para afrontar imprevistos sin poner en riesgo tu tesorería.

Las necesidades de capital y tesorería pueden variar mucho dependiendo del modelo de negocio. No obstante, y como recomendación general, reservar entre un 5% y un 10% del presupuesto te permitirá reaccionar ante aumentos inesperados de costes, caídas puntuales de ingresos o reparaciones o sustituciones urgentes.

3.4. Previsión de la inflación, fiscalidad y cambios regulatorios

Finalmente, el presupuesto debe tener en cuenta factores externos que afectan directamente a tus finanzas:

  • Inflación: impacto en proveedores, salarios y suministros.
  • Cambios fiscales: modificaciones en impuestos, deducciones o cotizaciones.
  • Nuevas regulaciones: ajustes contables, sectoriales o laborales.

Prever el impacto de estos factores es fundamental para evitar desviaciones importantes durante el año.

4. Gestión del riesgo financiero y el flujo de caja

Un negocio puede cerrar el ejercicio con beneficios y, aun así, sufrir problemas para operar si no controla su liquidez ni anticipa sus riesgos financieros. Por eso, además de un presupuesto, tu planificación financiera debería incluir un plan de tesorería.

La gestión del flujo de caja es el mecanismo que te permite anticipar tensiones, reaccionar a tiempo y mantener la estabilidad del negocio.

4.1. Anticipa tensiones de tesorería antes de que ocurran

El primer paso es identificar los momentos del año en los que tu negocio suele quedarse sin liquidez. Tal y como hemos indicado al comienzo, deberías revisar los flujos de caja de ejercicios anteriores para detecta meses con más gasto, ciclos de cobro más lentos y picos de compras que presionan tu tesorería.

4.2. Controla los cobros y pagos

El control de la entrada y salida de efectivo es uno de los factores que más influye en tu liquidez diaria. Para reforzar tu flujo de caja:

  • Automatiza las facturas y los recordatorios de cobro.
  • Negocia plazos equilibrados con proveedores.
  • Revisa periódicamente tu cartera de clientes para evitar acumulaciones de deuda.

Tu objetivo es reducir los días pendientes de cobro y asegurar que la salida de efectivo esté lo más alineada posible con la entrada.

4.3. Capital circulante: inventario, clientes y proveedores

El capital circulante es el corazón operativo de tu liquidez. Cuando alguno de sus componentes se desajusta, la tesorería lo nota de inmediato.

  • Inventario: un exceso de inventario inmoviliza parte de la caja que podrías necesitar para cubrir gastos esenciales. Analiza su rotación y ajusta compras o producción para evitar acumular stock sin demanda real.
  • Clientes: los retrasos en el cobro influyen directamente en tu capacidad para operar. Controla tu DSO (días de ventas pendientes por cobrar), identifica a los clientes con riesgo de impago y aplica políticas de crédito claras.
  • Proveedores: los plazos de pago deben ayudarte a equilibrar el flujo de caja, pero sin deteriorar la relación comercial. Negocia condiciones razonables que te permitan ganar margen sin comprometer la cadena de suministro.

Una buena gestión del circulante puede aliviar tensiones sin necesidad de recurrir a financiación externa.

4.4. Financiación a corto plazo: líneas de crédito

Por último, recuerda que incluso con una buena gestión del circulante, pueden aparecer desfases temporales entre cobros y pagos, así como fallos operativos, averías o gastos inesperados.

Además del fondo de contingencias, es recomendable disponer de líneas de crédito preaprobadas. No se trata de convertirlas en tu fuente habitual de liquidez, sino en una herramienta de apoyo ante picos puntuales.

Úsalas cuando tengas un retraso inesperado en los cobros, afrontes un gasto urgente o necesites cubrir un ciclo de producción más largo de lo previsto.

4.5. Herramientas prácticas para anticipar problemas de liquidez

Para controlar tu flujo de caja con precisión, puedes incorporar estas prácticas en tu planificación:

  • Calendario semanal de cobros y pagos.
  • Proyecciones de caja a 13 semanas, el estándar profesional.
  • Software de gestión para automatizar facturación, conciliación y control del circulante.
  • Simulaciones de escenarios para ver cómo afectaría una caída de ventas o un incremento de costes.

El objetivo es actuar antes de que surja la tensión de tesorería, no después.

5. El papel del seguro de crédito y el seguro de caución en la planificación financiera

Los seguros de crédito y de caución son dos herramientas que refuerzan tu planificación financiera al reducir riesgos críticos: impagos, tensiones de liquidez y demás bloqueos en la capacidad de operar o invertir.

5.1. El papel del seguro de crédito tras el cierre contable

El riesgo de crédito aparece cuando un cliente no paga, lo cual afecta directamente a tu tesorería y a tu beneficio. El seguro de crédito te permite:

  • Prevenir impagos, gracias al análisis de solvencia y la monitorización continua de clientes.
  • Garantizar el cobro, porque la aseguradora te indemniza si se produce un impago cubierto.
  • Tomar decisiones con datos, apoyándote en información actualizada sobre el riesgo comercial de tus clientes.

5.2. El papel seguro de caución tras el cierre contable

Cuando necesitas presentar garantías ante un cliente o una administración, el seguro de caución puede sustituir al aval bancario. Esto te aporta dos ventajas clave:

  • No inmoviliza liquidez, porque no bloquea saldo en tu banco.
  • No consume línea bancaria, lo que te deja margen para financiar otras necesidades operativas.

Es una herramienta especialmente útil en estrategias que buscan eficiencia financiera y capacidad de respuesta.

Actualidad Solunion

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